Ligera advertencia para el lector: Esta nota fue escrita antes de la renuncia de Guillermo Saccomanno. Creo que el tono de la carta, sugiere una mágica confirmación a lo que sigue.
No me interesa caer en la mitificación del pensamiento, y mucho menos en tornarlo ingenuo. Las ideas tienen consecuencias y no es cierto que haya que saludar cualquier intento reflexivo sin detenerse un instante a mirar hacia dónde va. Pero en este caso, esa precaución parece excesiva y es necesario remarcarlo. No coincido en ningún caso con las formas de resolución política que los integrantes de Plataforma 2012 eligen en tanto ciudadanos, pero su intervención en el debate público tiene que darse por bienvenido. Por otro lado, no hay nada novedoso salvo la generación de un colectivo, tanto Gargarella, como Sarlo o Burucúa son animadores de la discusión en los medios más importantes y, cada tanto, obtienen esa visibilidad que es tan esquiva para los trabajadores de la palabra.
Con todo, la lectura del manifiesto (incluso su propia existencia) no me deja dar el próximo paso hacia la alegría o la expectativa. Leo y no puedo dejar de sentir un sinsabor, como un regusto medio amargo. La idea de grupo que necesita un manifiesto, lo propone y desde allí modela su intervención pública es hija de otro tiempo. Se parece mucho más a los clubes o salones europeos que a la actitud intelectual y artística que imagina un mundo que es improbable. En el documento de presentación de Plataforma 2012 se escucha mucho la voz del adversario, parece un grupo de veteranos de guerra que quieren revivir la batalla porque al fin, después de revisar una y otra vez sus estrategias, parece que aprendieron el truco.
La consigna sobre revivir el pensamiento crítico no parece demasiado cautivamente más allá de lógicas universitarias. Por formación conozco, respeto, y tengo posición sobre los debates que la idea de crítica puede albergar, pero su enunciación como pretexto para la acción me parece más de un colegio secundario que de un grupo de relevancia intelectual. La idea de construirse desde la crítica, sin más, me lleva indetenida y fatalmente hacia atrás.
Mi siguiente motivo de desaliento es la insistencia en la verosimilitud como variable política. A modo de una paradoja autofrustrante, se impugna el relato disputando su verosimilitud. ¿Acaso alguno de nosotros, cualquiera de los ciudadanos de nuestra patria, cree que el relato épico y la construcción del pasado que el gobierno dibuja para su zoológico interno de 150 militantes, es cierto? Todos sabemos que no lo es, tanto como sabemos que al momento de elegir, ese punto no aparece en primer plano. Es como cuando niños ya descubrimos la treta de nuestros padres sobre los reyes magos y tenemos, en nuestra inocente supremacía infantil, la condescendencia de no decírselo a nuestros papis. La lucha por la verosimilitud es una lucha de científicos, de profesores guardianes de la fidelidad entre las palabras y las cosas. Esa disputa esconde en realidad la discusión sobre el “legitimo” o “verdadero” izquierdismo. Una discusión más aburrida aún que su predecesora.
Desde donde veo las cosas, la idea de la relación entre el pensamiento y la acción política que termina reformando a las sociedades requiere hoy de nuevos puntos de apoyo, menos estáticos, más frágiles y menos ciertos que el que el concepto de crítica puede darnos. Es mucho más la obra de la esperanza y de la construcción de audiencias y de mundos que el desenmascaramiento de las mentiras ajenas. Es mucho más un juego, riguroso y poco serio a la vez, que un ejercicio trágico de descripción y develación. Es la búsqueda de una música risueña que traiga ecos constructores. El dialecto para esa construcción no merece agotarse en discusiones profesorales o en prestigios anteriores. Es una escritura distinta, con voces que hoy suenan más tenues y, tal vez a propósito, menos pretenciosas.
9 comentarios:
¿acaso un manotazo de ahogados?
Comparto plenamente lo expresado en este comentario. Sin embargo, me pregunto si no sería posible darle otra lectura al comunicado. Tal vez la idea no sea formar una nueva agrupación política/intelectual, sino sencillamente dar a conocer la existencia de voces críticas en el mundo intelectual, contrariando así la percepción de que este mundo está homogéneamente con el gobierno. Ese hecho, sin ser muy significativo políticamente, puede al menos discutir con una cierta visión sobre la relación entre los intelectuales y la sociedad. Aún así, de todos modos, estoy de acuerdo en que el contenido del comunicado recae en muchos lugares comunes que tienden a reproducir discusiones inconducentes.
Excelente el comentario de Gabriel. Sobre todo, nada de ingenuidad: arranquemos desde otro lugar. Y el que sienta que se equivoco que lo admita y explique, no para juzgarlos ni para escarnecerlos, sino para entender un poco mas.
Buenísimo el post!
A mí me pareció desarcertado- será la premura?- el nombre con fecha de caducidad. Si no se les ocurría otro,imagino otra posibilidad:
un blog desde donde se diga: nosotros (listado) nos reunimos por tal y cual motivo, en un espacio para debatir ideas, al que invitamos a que te sumes para darle nombre. Concurso de nombre, es decir, juego, es decir, participación mínima y convocante para el arranque, votación del nombre y todos contentos por jugar un jueguito que la nominal Carta Abierta no propone. O cualquier otro juego de "empecemos a ver quienes somos los convocados, porqué estamos, que queremos y para quien". Yo querría sentir afinidad por esa Plataforma, pero en este día no lo he conseguido. Ojalá pueda.
Coincido en que lo del manifiesto es algo que remite a cien años atrás.
Plataforma 2012? Recién me entero, gracias Quilt por la primicia. Voy a leer el manifiesto a ver que dice.
Saludos y feliz año.
Raulo.
Uf!!! Se me está atrofiando el cerebro. Cual es el país más joven sobre la tierra? Avísenle que si quiere está a tiempo de ser otra cosa. Pero que sea rápido, antes de que se olvide que es un invento o que se copie de lo que tiene alrededor. Si tenemos suerte de que cambie en algo distinto podríamos imitarlo. Mientras tanto sigamos estudiando historia, política, economía, filosofía, etc, nos puede llegar a servir para ganar un concurso de preguntas y respuestas.
Saludos,
Raulo.
"Desde donde veo las cosas, la idea de la relación entre el pensamiento y la acción política que termina reformando a las sociedades requiere hoy de nuevos puntos de apoyo, menos estáticos, más frágiles y menos ciertos que el que el concepto de crítica puede darnos. Es mucho más la obra de la esperanza y de la construcción de audiencias y de mundos que el desenmascaramiento de las mentiras ajenas"
Clap, clap, clap !!!
Felipe Martel
De acuerdo con Dario otro manotazo de ahogado
Coincido con mucho de lo que se dice y me pareción muy interesante el comentario de Gabriel.
Me parece que hacen falta formas de pensamiento y acción más dinámicas, plásticas y capaces de adaptarse a los tiempos en cuanto a capacidad de acción, que poco tiene que ver con los monolitos militantes.
Sí me parece rescatable el hecho de que se rompa con la impresión de que la mayora parte del ambiente intelectual está abocado a la justificación científico social de cualquier arrebato del gobierno nacional.
Es cierto que pueden ser 150 becarios los que conformen ese grupo, pero para quienes estamos fuera de los ámbitos académcos la sensación es de que solo se escuchan las justificaciones filosóficas de cómo masacrar Qoms contribuye a la redistribución de la riqueza.
En ese sentido Plataforma 2012 puede ser interesante, pero solo si logra desmarcarse del sistema de expresión "retromilitante" que parece flotar en el ambiente. Creo que la presencia de ciertos exponentes de la cultura pueden aportar bastante en este sentido. Habrá que esperar un poco y ver qué sucede.
Saludos y gracias por el espacio.
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