Las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y en grado un tanto menor las de Santa Fe, han expuesto una de las tensiones que va a marcar la escena política de aquí en adelante y por bastante tiempo. El kirchnerismo tiene que resolver un problema ordinal. Cada vez que extrema el recurso de su relato particular, la política real le devuelve, como un espejo de los viejos parques de diversiones, una figura sin límites, sinuosa y desagradable. La manera que tiene para relacionarse con eso no mejora las cosas. Como un chico caprichoso –tal vez hay muchos chicos caprichosos involucrados- se obstina en instalarse en un sitio e insiste hasta obturar la participación de cualquier otra dimensión analítica.
La tozudez con la que el kirchnerismo plantea y replantea una épica redentorista y se coloca en un lugar de hipotética resistencia tiene como contraparte política su cada vez mayor dependencia de los sectores más conservadores del tradicionalismo pejotista. Mientras el kirchnerismo insiste, falsamente, en colocarse como un gladiador en medio de las adversidades que propone la derecha (?) y persiste en guardar el modelo, lo cierto es que depende, para su continuidad, de que le vaya bien a Scioli. El gobernador de la provincia de Buenos Aires no es precisamente un cruzado de los setenta, pero es quién tiene en su puño la continuidad del relato kirchnerista.
Este problema, algo así como la tensión entre necesidad y virtud en clave kirchnerista, recorre la política argentina y, según veo las cosas, será el organizador de los años que vienen. Como nos tiene acostumbrado históricamente el peronismo, lo más probable es que se involucre a toda la sociedad en el revuelo y que terminemos todos dentro del chiquero. No creo que algunos indicios de civilización se extiendan demasiado, más bien estoy tentado a pensar que extremarán los recursos hasta límites improbables. Mentarán la soga emancipatoria en la casa del ahorcado conservador y nos pedirán a todos que participemos del cónclave perverso.
Desde el punto de vista cultural, incluso intelectual, creo que para los que no formamos parte del universo oficial, el desafío reflexivo más importante es el de desmontar el discurso redentorista. Sería muy conveniente que pudiéramos imaginar un tono con el que discutir eficazmente la idea de que el kirchnerismo supone una épica resistente que se instala en el lugar del bien para luchar contra los que “verdaderamente” tienen el poder. El gobierno y sus argumentadores nos proponen, permanentemente, pensar la política como un todo agonal en el que se está del lado correcto o del incorrecto, pero en el que invariablemente, se lucha. La esencia de la política para el kirchnerismo es la lucha, y esa combate se libra, en su afiebrada narración, contra un poder que está en otro lado. Plantean las cosas como si un gobierno, un Estado, los sindicatos y el dinero no formaran parte de ese poder. Vulnera la inteligencia advertir los esfuerzos que realizan quienes hace ocho años están en el ejercicio del poder político para convencernos a todos de que el poder está, o bien en los medios, o en el campo, en las privatizadas o en los Estados Unidos. No hay nada más falso y perjudicial para la democracia que ese relato. La paradoja increíble es que el kirchnerismo propone siempre una vuelta al pasado, pero su narración redentora pone ese pasado en una década y sus necesidades políticas están en otra.
Desandar la imagen del resistente -figura militar por cierto- que pretende irradiar el kirchnerismo puede ser la principal tarea cultural de los años que vienen. Nada indica, desafortunadamente, que las prácticas actuales nos provean de una herramienta política eficaz, -ese es otro de los retos-, pero nada nos impide pensar, conversar y colaborar en la construcción de un relato democrático diferente.
13 comentarios:
Me parece un análisis muy acertado, la dicotomia discursiva de amigo/enemigo dentro del kirchnerismo carcome el apoyo a su "modelo", no obstante creo que sirvió para sanar alugnas heridas del 70´, creo una necesidad de diálogo y cooperación entre los partidos para contrarestar este discurso épico que planteas; pienso que ahora se puede elaborar una política mirando al futuro.
Saludos.
Cómo se lo extrañaba GP!
Gran post Gabriel. En democracia no hay enemigos, sólo adversarios. Hay distintas miradas sobre un mismo fenómeno y cada una de ellas es valiosa y enriquece a todos los ciudadanos.
Por fin llego el quilt que tanto esperabamos !!
En vez de confrontar con el kirchnerismo ; yo en su lugar trataria de diferenciarme del PRO.
Las imponentes victorias del PRO en Sta Fe y Capital, muestran a las claras quien va a hegemonizar el antikirchnerismo de los proximos años.
Si quienes hoy se reclaman de un alfonsinismo hitorico, socialdemocracia o centro izquierda persisten con un relato cuya diferenciacion con el del PRO es apenas medible por el calculo infinitesimal ... nos terminan condenando a todos a la disyuntiva Kirchnerismo vs Macrismo.
No pierdo la esperanza que la centro izquierda no populista adquiera un relato autonomo en los proximos años.
Felipe, es complicado. La verdad es que no estoy seguro que pueda suceder eso en el corto plazo. Estamos en un tiempo en que la cultura política del centroizquerda se ha disgregado y está un poco en cada una de las expresiones políticas más importantes. Por el mismo motivo, casi no está en ninguna. Va a depender mucho de la coyuntura, pero creo que vamos hacia la configuración de grandes espacios políticos en los que convivan tradiciones distintas. No es lo que me gusta, pero es lo que me parece puede suceder. Gracias por volver a pasar por aquí, después de tanto tiempo. ya se regularizará todo.
Muy acertado tu análisis Gabriel. Lamentablemente nos encontramos quienes no compartimos este relato épico ante una situación compleja y escaso margen de elección. Esto me ha llevado a pensar que nuestros políticos actuales se esfuerzan por que los ciudadanos voten pensando que lo hacen en su propio beneficio y no en el de los candidatos que eligen. Pareciera que el recurso de los ciudadanos estuviera limitado a ser concientes de esta premisa, para así en cada elección poder optar por la opción que minimice el daño.O, en su defecto, convertirse ellos mismo en candidatos.
O,
GP, comparto muchas cosas de las que dice. Pero no se sienta excluído, ese es el problema, tratar el tema peronista como si fuese ajeno a uno. Los problemas tangibles del peronismo siempre desembocaron en perjuicio para otras clases justamente pq parte de la scoiedad civil no tuvo un rol dominante. No hablo de militar en favor del peronismo, a favor de la Resistencia y la oligarquia hablo de militar en favor del civismo, la justicia social, la soberanía nacional. El peronismo no es ajeno a nosotros, se respira peronismo, se habla de peronismo, y seamos sinceros, que porcentaje se lleva dicho tópico en los estudios de las ciencias sociales? Pensar y solucionar el peronismo no significa ser peronista. Es cuestión de asumir el liderazgo que dicha expresión política tiene en nuestro país, aprender a convivir democráticamente, superarlo democráticamente. Es verdad la relación que tiene con el conservadurismo pejotista, por supuesto, pero ya lo hablamos, son regiones de orden patriarcal en las que el se podría hablar de una especie de trato político diferente que al de Bs As. Me gusta? no claro que no, lo quiero cambiar? Por supuesto. Hace falta un poco de optimismo Kierkegaardano en el relato de la oposición mi querido Gabriel.
Mire los discursos antirepublicanos del amable Ricardo en contra de Eugenio Zaffaroni, no son un poco peligrosos?
Santino.
Fe de erratas
No hablo de militar en favor del peronismo, a favor de la Resistencia y en contra de la oligarquia hablo de militar en favor del civismo, la justicia social, la soberanía nacional.
Santino
Pero Santino, usted me habla como si yo analizara las cosas desde marte. Hace 25 años que pienso politicamente para colaborar en superar el estadio peronista de nuestra democracia. Me sobra optimismo, pero ese optimismo no me mimetiza con esa forma política ni asumir su condición mayoritaria me inclina a la inacción. No sé hacer muchas cosas más que leer y escribir, desde allí intento hacer lo mio. Gracias por leer y comentar
Efectivamente una de las claves está en encontrar un tono con el cual discutir efectivamente esa épica de resistencia.
Cuál será la forma de no caer en el esquema agonal si se plantea como enemigo a cada uno que se encuentra por fuera de la "unidad política"? Como ser efectivo sin caer en ese lugar sobre el cuál uno está invitado a caer cada vez que plantea un punto de vista por fuera del relato épico?
No quiero señalar el kirchnerismo de forma general, estas cuestiones me surgen más que nada a la hora de tener la intención de discutir con la militancia camporista.
La pregunta sobre la forma efectiva es recurrente en mí y ya fue planteada en el post, no quería repetirla, pero, por ahora, no sé mucho más que hacer.
Festejo la vuelta de Quilt!
Saludos!
Claramente comparto algunas cosas y otras no. Tomar un relato, cualquiera sea, y no tomar aunque sea una parte como algo que sume, hace imposible comprenderlo.
La épica de resistencia del peronismo tiene que ver con eso, con una épica de resistencia real. Nuestro ADN es de resistencia. Yo comparto que debemos cambiar el chip, pero para eso debemos llegar a nuesvos acuerdos en la sociedad que permitan, por ejemplo, otra distribución del ingreso.
Lamento informarles, por otra parte, que el peronismo va a existir en la medida que las condiciones históricas por las cuales el peronismo surgió como movimiento de masas sigan existiendo. No es un problema de voluntad subjetiva, sino un problema objetivo. Los trabajadores tenemos determinados problemas que solo el peronismo se preocupa por solucionar.
Para superar el "estadio peronista de nuestra democracia" lo que hace falta es solucionar los problemas objetivos de los trabajadores.
Un abrazo y tambien festejo la vuelta del blog
Al morir,el florentino Ucello llevaba en su mano un papel, que según cuenta la historia contenía el germen de la perspectiva. Entonces, se produciría una alteración en la concepción del tiempo y el espacio. Lo importante no sería lo que ocupe mayor espacio en la escena, ni los hechos pasados sucederían en espacios contemporáneos.
La cultura K suprime tiempo y espacio como el arte medieval, haciendo con sus militantes seguidores extragos en nombre de la fe en un movimiento. Con un nuevo par de ojos, es tiempo de imaginar esa experiencia. Para más tarde trazarla y vivirla. Desprovistos de históricas recetas. Y con el sentido común como unica herramienta.
Ja, comentó el gran Vega!
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